El espíritu de un instrumento

por Paty Pichun Carvajal

Ubicado en calle Thiers, Temuco, el taller del lutier Cristofer Valenzuela acoge una serie de maderas propias del territorio para darle curso a esta práctica antigua, en la que se conjugan método y creación, y bajo la que surgen instrumentos de cuerda únicos que toman su sonoridad de las maderas locales.

Conocer un taller de lutería es entrar a un espacio donde el sonido, el color y olor de las maderas nos transmiten esa delicada e intensa energía que está puesta en cada detalle de la construcción y el armado de un instrumento musical de cuerda, en este caso la guitarra.

Maderas como la del pino abeto, cedro, lingue, ulmo, ciprés, ébano, jacarandá, nogal, guayacán, Sitka y otras son los materiales para futuras tapas, fondos, rosetas, fajas, mástiles, puentes y diapasones. Cada madera lleva una sonoridad única y es el lutier o artesano quien reconoce, escucha y transmite esta particularidad en la creación de cada guitarra.

«La guitarra antes de ser instrumento fue árbol y en él cantaban los pájaros».
Atahualpa Yupanqui

«La lutería es un arte y como tal tiene un proceso creativo. Incorpora elementos sonoros de cada territorio para dar forma a un instrumento que cobra vida y crea su voz propia. Hay una lutería que se resiste a los estándares europeos y busca desarrollar un espacio con pertinencia y sonidos que evoquen esa relación e identidad. La lutería como oficio es extemporánea, no responde a una inmediatez».

Cristofer Valenzuela es un lutier que vive y trabaja en Temuco. Su proceso creativo lo desarrolla entre maderas, herramientas y maquinarias, y así también comparte este oficio con quienes lo deseen conocer.


Paty Pichun es fotógrafa, trabaja de manera independiente y en forma paralela desarrolla sus proyectos autorales. Participa de manera colectiva con otras disciplinas artísticas en fotografía y video. Reside en Temuco.