El domingo 19 de mayo se estrenó TENS IONES, obra de danza presentada por Plataforma Azul, conocido colectivo artístico con presencia en La Araucanía. La cita tuvo lugar en las retiradas dependencias de Espacio Txawün, un lugar de creación, formación y difusión de artes escénicas que actualmente se encuentra emplazado en el km 13,5 camino a Niágara, sector rural de la comuna de Padre Las Casas, ubicada a 20 kilómetros del centro de Temuco.
Llegar al espacio no fue sencillo. Ese domingo la lluvia caía copiosa sobre la carretera y a pesar de las bajísimas temperaturas, las hojas y la vegetación acumulándose a los costados del camino atestiguaban que el otoño estaba en pleno apogeo. Desde Temuco la ruta parecía extensa y la falta de señalización no ayudaba a calmar la ansiedad por llegar a destino. Finalmente, tras un último y sinuoso tramo por ripio, llegamos.
En Espacio Txawün la recepción es cálida, el calor amigo del kütxalwe ayuda a combatir el frío. Esperando el comienzo de la obra aprovechamos la antesala para observar la exposición fotográfica “Escénicas”, montaje a cargo de Paty Pichun, fotógrafa local que ha desarrollado su trabajo visual en torno al territorio y los cuerpos emplazados en él. En “Escénicas”, Paty Pichun a través de un compilado de fotografías nos propone una pequeña muestra de cómo las artes escénicas se han ido posicionando en el territorio de La Araucanía, comunicando a través de su lente la energía y las emociones que los cuerpos transmiten en escena.
Aun cuando la muestra, que estuvo presente en el espacio entre el 19 y el 28 de mayo, en primera instancia sirvió de complemento a TENS IONES, conformó, en el lapso que duró el montaje, una experiencia sensitiva por sí sola. A pesar de lo anterior, las condiciones del espacio donde se levantó la exposición no fueron las óptimas, pues con todo lo acogedor que puede ser el kütxalwe, no proporciona las medidas físicas idóneas para la visualización fotográfica: la altura de las fotografías y el ángulo de la luz proyectada en ellas no fueron las adecuadas, aspectos que de seguro Espacio Txawün vislumbra mejorar.
Finalizada la antesala fuimos invitados por Jaime Silva, coordinador de Espacio Txawün, a dirigirnos al domo, lugar donde se realizó la obra. Hileras de asientos a nivel del suelo y algunas pocas gradas estaban dispuestas para los espectadores. El domo, por las características de su construcción, impedía por completo la filtración de la luz exterior, en la penumbra de ese único espacio observamos a los costados al elenco de Plataforma Azul, a su directora y también al equipo de sonido e iluminación. La sombra y la cercanía entre las personas reforzaba la sensación de intimidad que ya había proporcionado la recepción. A pocos minutos de ingresar el público comenzó la presentación.
Cuatro performers conducen el movimiento cuyo eje central es la tensión. Cuerpos que se unen y separan, tensados a través de una cuerda que a su vez se estira y afloja acompasando los movimientos de los ejecutantes. Las tensiones son colectivas e individuales, cada acto es el resultado de una contracción anterior. Se trata de cuerpos, que unidos a través de una cuerda son llevados al límite, contrayéndose en la tirantez y la fuerza de dicha tracción. Cuerpos que colisionan entre sí, superponiéndose en una simbiosis que juega a romper el equilibrio.
En esta línea, la cuerda deja de ser un implemento, mutando a ser un personaje más en la representación. A través de ella y sus interacciones con el elenco nos convertimos en testigos de las fluctuaciones a las que se ve sometida, construyendo así el relato.
De mano de Margarita Rojas, su directora, TENS IONES propone unir el lenguaje de la danza y los postulados de la física cuántica. Los cuerpos parecieran imitar el comportamiento de los átomos y sus cargas generando atracción o repulsión, así cada integrante del elenco funciona como un protón o electrón interactuando entre sí alrededor del núcleo: las cargas opuestas se atraen, las mismas cargas se repulsan. Los cuerpos, así como los elementos de un átomo, interactúan ante la presencia de otros cuerpos.
Imposible no considerar en esta propuesta la presencia de la cuerda y su conexión con la teoría homónima planteando que las partículas subatómicas no son estáticas; sino distintos estados vibracionales en las dimensiones del tiempo-espacio, es decir, parte de la materia podría interactuar de forma variada dependiendo de la dimensión en que se encuentre.
Ante tamaña propuesta narrativa la ejecución del elenco, integrado por Esteban Canales, Melissa Oliva, Gabriela Seco y Christopher Sepúlveda, no se queda atrás, logrando una interpretación que se mantiene cohesionada a lo largo del montaje. Destacan además la versatilidad que acompañan los pequeños y grandes movimientos en escena de cada uno de los interpretes que sin perder la unidad de grupo son capaces de nutrir la presentación con rasgos de individualidad.
La música, compuesta especialmente para este montaje por René Roco, y la iluminación generan una atmósfera de opresión y una sensación de repetición en el continuo espaciotemporal. Por último, el maquillaje y vestuario a cargo de Maryorie Canales, Kattya Soto y Rox Villaroel constituyen el complemento final de la propuesta, donde la naturalidad a los rostros del elenco y volatilidad de las telas se integran a la propuesta narrativa.
Si bien TENS IONES propone esta lectura desde la microdimensión atómica, la relación entre electrones y protones puede perfectamente extrapolarse a las interacciones y las tensiones propias de las uniones socioafectivas. Las personas a lo largo de nuestra vida estamos expuestos a una serie de vínculos que van oscilando entre la atracción y el rechazo. De la misma forma, no somos seres unidimensionales, nos afectamos en distintos grados y estados, somos materia mutable, vibrando en distintas frecuencias a lo largo de nuestra existencia.
Como colectivo de danza contemporánea, Plataforma Azul, a través de la dirección de Margarita Rojas y el elenco de TENS IONES, propone una observación de la realidad que, a partir de la mirada subatómica y la dimensión cuántica, nos conduce a la reflexión y el análisis de los vínculos y afectaciones sociales.
Claudia Jara Bruzzone vivió y creció en Chaitén, región de Los Lagos. Estudió pedagogía en Castellano y Comunicación en la Universidad de La Frontera, Temuco. Ha publicado Cartografía de la ausencia (Venérea Violenta, 2015), Desove (Cagten, 2018) y Luz de estrellas muertas (Bogavantes, 2022), y ha participado en diversos medios escritos nacionales.